¿Qué es anterior: la música o la partitura?

El concepto de anterioridad es absurdo y no sólo en esa alternativa.

¿Todo es instantáneo, simultáneo? ¿Eso es lógico?

Perdón. No debí hablar de absurdo.

Lo escribió, como se puede releer.

Es usted quien lo escribió, no yo.

Pruébelo.

Nada tengo que probar.

¿Para qué vive usted?

Para cantar.

¿Es eso lo que la hace más feliz?

Sí. Me mata.

¿Está toda la música ya inventada?

Sí. Pero no inventada. Plagiada.

¿Qué nota prefiere para el final en clave o llave de sol?

Mi…

¡Qué bien cantada!

Eso fue Re.

Las notas ¿no son intercambiables en la ductilidad de las escalas?

Sí.

Me pidió perdón arriba por haber hecho implícita la noción de lógica.

Faltan notas. Entre Do y Do sostenido hay miles de notas.

¿Pueden ellas ser expresadas en vida fuera del alma?

No. La continuidad impide que haya música humana.

Esa explicación es demasiado trivial viniendo de usted.

Sólo canté al miserable Aristóteles, su compatriota: “natura non salta”.

El pasado vive.

Con la nota Sol comienza el fin en El Pájaro de Fuego.

Ya sé. Sol, Fa, Mi, Sol, Re, Do, Fa, Mi, Re, Fa, Mi, Do, Re, etc. No soy más tonto que usted.

Sí lo es, por lo menos lo sabe aunque no lo diga.

Tiene razón. Perdón. Usted morirá ya.

Mi voz permanecerá. Su fortuna no.

Las voces también se pierden.

Yo vivo con usted porque es feo.

Yo con usted por su nombre: Callas.

Onassis no tardó en morir.