Sin pastillas ni objetos semejantes, sin dieta aunque para este tratamiento ella no esté prohibida, sin gimnasia aunque tampoco esté prohibida y sin encuentros entre Ud. y yo que no sean a través del correo electrónico, siendo el mío arturomonteslarrain@vtr.net .
El tratamiento, que puede ser renovado, dura 14 días y es sin excepción cotidiano. Yo le envío alrededor de las 22 p.m. una pregunta que en nada se relaciona con su vida íntima, a menos que Ud. tome esta iniciativa y por tanto yo eventualmente la prosiga. Garantizo con mi palabra de honor el secreto total de la comunicación.
Ud. lee la pregunta y enseguida si es posible se duerme; pero esto último no es indispensable. El consumo poco aconsejable de somníferos queda tolerado. En la mañana al despertar responde con no más de una página que me envía de inmediato, antes incluso de desayunar. Concisión y exactitud son apreciadas. No tema a su lenguaje. La espontaneidad e incluso la improvisación son consideradas por mí como un valor que no excluye cierta racionalidad en el despliegue del pensamiento libre.
La falta de veracidad aniquila la eficacia del ejercicio. Ella es legible entre las letras. Demostrándola si por desgracia llega a existir, no devolveré la suma pagada.
Yo leo su respuesta y durante el día concibo la pregunta siguiente. Y así sucesivamente.
No recomiendo la utilización de pesa. Este instrumento es menos valioso que su propia conciencia sobre la evolución del proceso, no únicamente en su cuerpo, sino también en su disposición más alegre ante la vida. Ambas cosas deben ser empezadas a sentir al cabo de una semana desde el inicio de la comunicación.
En caso que haya fracaso (las experiencias, escasas, tenidas hasta ahora en Francia han sido exitosas), le es restituido 100% de su aporte previo de $250.000.-, equivalente a la mitad del total. En caso contrario, si Ud. miente para recuperar aquel aporte, empezará de nuevo a engordar, pues los efectos del tratamiento duran más que el plazo acordado, por razones en nada concernidas por magia, esoterismo, hipnosis, etc., sino de simple epistemología, es decir, aquí, de comprensión unilateral y también por cierto recíproca.
No me es posible practicar lo anterior a más de dos personas simultáneamente. Mi labor requiere naturalmente, para dar sus frutos, un alto grado de concentración personalizada.
Es posible que algo esté olvidando aquí. Pero lo esencial está escrito. De todo ello me declaro desde ya responsable ante la Justicia.
Cualquiera interrupción anticipada por Ud. del tratamiento no da lugar a la restitución antedicha. Una confianza de Ud. en mí y mía en Ud. es en consecuencia necesaria. Se la puede obtener fácilmente desde ya. Para confiar, más que pruebas, se requiere sólo confiar. Esta redundancia es productiva. Hay estafadores que aseguran no serlo, es verdad. También es pues posible que Ud. me niegue su confianza, en cuyo caso no hay convenio y la respuesta a este texto se hace inútil.
Detalles complementarios, como la forma de pago o preguntas previas a un convenio que puedan surgir de Ud., como asimismo otras precisiones mías, serían comunicados a través de nuestros correos electrónicos.
Sin otro particular, saludo a Ud. atentamente.
Arturo Montes Larraín.
P.S.: Una respuesta o un comentario entregado por el presente medio no será tomado en consideración. Le recuerdo que tengo como blog en Internet:
https://amaneciente.wordpress.com .
Mi teléfono directo en Santiago de Chile, que figura en la guía, es 3416148.
Ruego no escribir o llamar con el fin de causar leves molestias. Gracias.
Por cierto soy falible.
Ninguna pregunta mía es repetida a otra clienta o a otro cliente. Prefiero por su sinceridad esta palabra a la palabra paciente.
En caso que el proyecto marche, luego de un plazo prudencial daré la información correspondiente –escueta- al Servicio de Impuestos Internos.
Sobre mi fiabilidad es posible consultar por ejemplo a Cristián Precht Bañados a través del Arzobispado, supongo.
No creo que este proyecto hubiese debido ofrecer gratuidad, como he hecho en el blog, titulado “Amaneciente Incertidumbre”. Se lo puede encontrar por lo menos mediante EMOL y Google. Reitero mi agradecimiento por su lectura de estás líneas. Por cierto, no pretendo hacerme rico con lo que pido en dinero. Mi intención verdadera y de fondo es que Ud., si lo quiere, adelgace. Queda excluida de antemano toda pulsión de tipo anoréxico. Aunque para esto me halle elaborando un proyecto paralelo.
A.M.L.
22 comentarios
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julio 29, 2010 a 9:46 pm
Arturo Montes Larraín
1 persona que ya pagó ha adherido a este convenio. Debo agregar que los efectos de éste, tal como ya dicho se prolongan más allá del tratamiento, también lo hacen más acá que éste, es decir por ejemplo en el actual caso desde ya.
La práctica comunicativa antes descrita no requiere mas no impide encuentros personales según la voluntad del cliente o la clienta. Cada uno de estos encuentros en mi oficina (comuna de Providencia, Austria 2163-departamento 202, es una calle de sólo una cuadra, una al norte de Pocuro, entre Pedro de Valdivia y Lyon, edificio Viena, vereda sur), de una hora, con fecha y hora prefijados en común, tendría un costo específico de cuarenta mil pesos en efectivo y al contado.
julio 30, 2010 a 10:18 pm
Victor V.
hola Arturo. Me asombra tu creatividad.
julio 31, 2010 a 10:01 am
Arturo Montes Larraín
Víctor, amigo:
No se trata -lo digo con plena sinceridad en la medida mi posibilidad- de «mi» creatividad sino, creo firmemente, de Dios en mí y en toda su Creación. Tal frase puede parecer propia de adiposo «ademán sacerdotal». No lo es. Me es imposible probarlo. Sólo me queda confiar como dije en ti, en nosotros y en Dios. Y recíprocamente. Pienso que en el blog he mostrado todas mis «hilachas» sin ocultar quizás mis virtudes ni hacer exhibicionismo sobre éstas, de cuya evolución espero que se acrecienten, de modo que a este respecto estoy también ya tranquilo. Haré aquí lo mejor que pueda.
Dicho lo anterior me estoy contradiciendo respecto de lo que señalé en el 1º párrafo del P.S. en el texto inicial. Cedí al cariño que te tengo. Además, mis métodos deben ser abiertos, por convicción largamente pensada y practicada, a cierta flexibilidad. De lo contrario, es peso muerto en «orificio negro», esta fábula de físicos postmodernistas y soberbios desde Babel. El trabajo cambia al trabajador quien por reacción del ser trabajado cambia al proyecto sin que éste pierda su columna vertebral, también sometida a variaciones con frecuencia dolorosas como lo muestra el paso de la edad.
Más de dos las dos personas que preví para comenzar bien concentrado esta labor han expresado su interés. Comprendo por qué motivos de orden cultural el mundo actual presenta mucha y dañina obesidad o por lo menos gordura. Se resienten el corazón, la espalda, el sistema nervioso y en general todo el cuerpo con su inteligencia, con su afectividad y con repercusiones sobre el alma mediante un diálogo nada provechoso; hasta que llegue la entrega SIN ESFUERZO al «párele». Es lo que me sucedió por ejemplo con el alcohol. Cono indiqué en A.I., durante un lapso importante estuve bebiendo menos por alcoholismo propiamente tal que por masoquismo para provocarme, por mal sentido de justicia igualitaria en esta tierra, daño equilibrante. Condenar perfidia ajena siniténdome puro me parecía más repudiable que «ser de este mundo» hiriendo e hiriéndone. Estoy ahora, así, yendo a herir y condenar menos; cosa que a veces, es verdad, hago por bromear o sólo joder. El paso dado ocurre con una sorprendente facilidad donde estuvo sin duda presente la mano de Dios, a quien, sí, es necesario pedir («y se os dará»), pedir por sencilla y en lo posible completa entrega. La fe tal como la siento, verdadera, es disposición del alma. No rosarios. Aunque pueda haberlos. No en mí: mucha lata. Y el Padrenuestro que está en el cielo, ¿quiere latas mías? No: se aburre. La oración es socialmente personal. Es vigorosa y dulce. Tiene la fuerza de la humildad.
Confieso que siento nerviosismo ante la labor que he propuesto en QUIERE UD . Temo un resultado insatisfactorio. Éste no dependería sólo de mí sino de ambas personas cada vez. Ya lo dije, el trabajo «termina» después de su final y -no lo dije, creo- comienza antes de su «comienzo». Está ya en preparación, como también ya tras el fin: cuerpo y alma poco pesados. No me parece realizable entre familiares o íntimos amigos que se conocen mucho. Un descubrimiento sería conveniente. No específicamente psicoanalítico, claro está, sino de comprensión práctica en el plano espiritual.
Quizás pueda haber en esto más de dos clientes a la vez. Se verá. Y por qué no otras variaciones. Siendo profesor de epistemología en Francia yo siempre elegí para el trabajo del año un tema cuyo contenido que me era desconocido, a fin que su tratamiento fuese un problema para los estudiantes y para mí, porque de lo contrario me limitaba a repetir asuntos ya «sabidos», con lo cual aburriendo me abrurría más quizás que un burro. La calidad de la educación requiere entre otras cosas el aprendizaje del profesor gracias a los estudiantes, que fueron muy generosos conmigo, influyendo luego en mi actitud hacia Chile y en particular hacia el trabjo por la reconciliación nacional ya iniciado mas no aún -¿ni nunca?- concluido.
Mi amistad. Arturo.
julio 31, 2010 a 10:12 am
Arturo Montes Larraín
Lo inmediatamente anterior, incomprensible, no es mío. Arturo.
julio 31, 2010 a 10:15 am
Arturo Montes Larraín
O posterior, ya no sé. Es tontería que empieza en «tu» y termina en «con»
julio 31, 2010 a 10:16 am
Arturo Montes Larraín
Alguien está jodiendo. No importa. Se lo reconoce por lo tonto como ajeno.
agosto 4, 2010 a 4:46 am
Arturo Montes Larraín
Entre Anónimo y Pseudónimo yo prefiero recurrir al primero pero sin afán de hacerme conocer sino porque es así utilizo sin mucha convicción -hay un gentío bailando en mí- mi nombre, que no me desagrada, a causa por ejemplo de mi padre y de mi primogénito. De todos modos, uno termina allá lejos siendo anónimo, como en el Cid o en el artista de antemano olvidado. Las hojas de otoño vuelan al viento y se arrastran por el suelo hasta hacerse polvo vegetal y desaparecer de manera semejante que las páginas de los evangelios perdidos en una cueva ya también inubicable.
Hay personas adictas a la arqueología libresca. Las hay al alcohol. Al integrismo moral y autoritario parecidamente las hay. Las hay como fetiche al amor. A la bulimia. A cualquier ser incluso inmaterial las hay. A la observación del cielo. A la excelencia y al éxito propios. A la guerra y la paz. A los OVNIS. Al fondo del mar. A los árboles y las flores. Al tema de la muerte. Al juego de las matemáticas. Al sexo. Al sermón. A la soledad. Etcétera: la lista no se acabaría en esta madrugada cuando a las 3:50 a.m. no logré conciliar el sueño por ver al cerebro revoloteando sobre la cuestión de la bulimia. La sustancia de cada adicción es aproximadamente la misma y es hallada en su negación. Así, puedo ser alcohólico (cf. en A.I. «El alcoholismo») sin beber ni una sola gota de alcohol… entre otras razones porque no tengo en mi casa donde permanezco en promedio 24 horas al día. Si hay visitas, ofrezco agua en yerbas naturales, leche con vainilla, jugos de frutas. ¿Pero qué ocurriría si aquí hubiese una botella de vino? Temo que la bebería. En caso que ese temor fuere fundado (lo ha sido), la prueba de mi adicción estaría dada. Como en sus barrigas a la pastelera con sus pasteles, al panadero con el pan, al carnicero con el tapapecho, al pedófilo con sus chicos o al santo canonizado por sí mismo.
La gula en su estado potencial permanece. En su estado actual puede ser suprimida o por lo menos suspendida. Existen múltiples métodos para que esto último ocurra, unos peores que otros y todos humildemente sometidos a la verdad que contiene sobre el alcohol un refrán francés. Reflexiónelo: «Qui a bu boira» (quien ha bebido beberá). Quien se ha hartado se hartará. Hasta un poco antes que la muerte, claro.
Una noche en Francia yo cenaba en la acera de un restaurant. Tuve un súbito y prologado acceso de hipo. Una mujer me habló: «Señor, disculpe, pero ¿qué comió exactamente anoche?». Molestos me son los ejercicios forzados de memoria. Pero lo hice correctamente. Y ella comentó: «Se le terminó el hipo». Quedé sorprendido y la miré. Era linda. Estudiaba bioquómica en la Universidad. Pero luego del asombre concebí que alguna relación debía existir entre la memoria y el diafragma. Repetí el ejercicio con otras personas, incluso conmigo mismo, y por asuntos diversos (eructos, pedos, carraspeos,…), ¡y en 70% funcionaba! Hasta que me aburrí de tal práctica pasando a una diferente y como casi siempre -es mi metodología de base- imprevista y silenciada (anónima…).
Fundo esperanzas en el trabajo que he propuesto aquí. Obvio es ya decir que el intercambio entre preguntas y respuestas veraces fracasará si él no radica en el sentimiento mío, de Ud. y de ambos abiertos simultáneamente a la vida en general y, lo digo, a Dios, sin algo parecido al amor. Con lo cual poco hemos avanzado, pues hoy por amor también es una noción extensible a cualquiera cosa. Lo importante está en el contenido específico y a la vez genérico de ese amor, de esos amores, dinámicos incluso en la situación de reposo (diablos, son las 4:31 a.m.). Mi proyecto es pues atrevido. Reposa en la confianza concreta en cada individuo y en la ejecución si es posible humanamente exacta de aquélla. Una especie de caleidoscopio se abre así en ti, en mí, en nosotros, en ellos, etc. Nada fácil, está claro, si no hay bluff, como no habrá, porque en tal hipótesis la empresa deja decididamente de interesarme. Yo estoy aquí para que imaginemos cosas nuevas y benéficas para ambos. En primer lugar adquirimos más comprensión sobre qué es esto llamado humanidad. Y en segundo lugar Ud. enflaquece mientras yo recibo un poco de dinero para pagar en parte los gastos comunes, a la empleda, la comida, poco más. No intento convencer a nadie para este descarnado «negocio». Ya está en preparación para las dos personas que comenzarán. Pero si no hubiera ninguna, yo tampoco consideraría eso una derrota, porque había aquel incremento de comprensión al cual recién aludí y que constituye en el fondo, creo yo, nuestra principal razón de vivir, és que engloba ética, filosofía, ciencia, arte, tecnología, sueño. No releo.
agosto 4, 2010 a 5:16 am
Arturo Montes Larraín
¿En qué consiste el vínculo entre memoria y diafragma? Es ésta una pregunta propiamente científica que por tanto no tiene respuesta, ésta es estúpida o ni una ni otra son formuladas. Ya lo he dicho por ahí: las matemáticas no son ciencia sino como juego en esto parecidas al ajedrez donde no se ríe como tampoco allá; nada en rigor sabemos y en consecuencia el concepto de ciencia(s) es un chiste o una tontería más de la autoritaria arrogancia; e hice unas citas de Einstein que van en el sentido de lo anterior. Por esto yo defino la ciencia como el ejercicio imperfecto de la pregunta. Pregunta es la vida. Pregunta y no respuesta es la fe. Comunidad en interrogación no policíaca ni metódica (cf. no a Descartes) sino afectiva y benéfica es, con sus contradicciones, el amor.
«El amor es el cariño», me escribió el primogénito. Me dejó «metido». Asiento. Y disiento. Asiento al ver el daño que provocan las pasiones desatadas. Disiento al ver el conformismo que provocan las pasiones atadas. Asentimiento y disentimiento respecto de lo escrito por Arturo Montes Vergara cohabitan en mí. Me atrevo a decir: en nosotros. Y en él, pues si afirma que el amor es cariño lo delimita indicando así que más allá del camino también puede, debe y quiere haber amor, como lo hay, cuando por ejemplo sin ningún cariño recojo a un perro herido y lo llevo al veterinario o como también sin ningún cariño me siento un carajo por no haberlo ayudado. Ya sé que este tema no está suficientemente abordado. Para otra vez será. Si lo es. 5:15 a.m. No releo.
agosto 7, 2010 a 6:47 pm
Arturo Montes Larraín
Con sorpresa veo que no escribo puras huevadas.
agosto 28, 2010 a 1:23 am
Arturo Montes Larraín
Una joven ya ha bajado ocho kilos con esto y no lo digo por farsantería o publicidad. Está contenta.
agosto 28, 2010 a 3:35 pm
jose luis ramaciotti
no es ni farsantería ni publicidad, es sólo coquetería.
agosto 29, 2010 a 9:00 am
Arturo Montes Larraín
No sé qué es esa sandez de coqueteria, no la vivo. Pienso en mí pero más en otra gente. Y poco me agrada ya mentir. Cometí sí un error. La joven antes aludida -17 años- ha bajado 6 y no 8 kilos. Está contenta. Renovará el contrato pagando dos veces lo antedicho pero hallándose restringida por método que invento o conozco a no bajar más de 2 kilos complementarios. Una conservación del peso en cierto tiempo convendría. Ya sé, sí, su peso y su altura actuales. Me ofreció una foto que rechacé. Aún no la he visto (como tampoco a otro cliente, mayor). El asunto consistirá en alivianar para ella las preguntas sobrevinientes: un poco más sencillas (lo cual no significa que hoy sean demasiado complicadas, pero sí desde el comienzo que la clientela no sea profesionalmente imbécil sino de preferencia sensible y profunda. Si decide venir a visitarme me pagará además lo ya escrito también al inicio, creo. Y el asunto estaría así a lo sumo -salvo defecto ajeno en esencia a mí- tras dos meses terminado. Por satisfacción de la clientela y/o por cansancio mío pues -consta a otro cliente- esta labor exige más concentración de lo que yo temía; más en Chile que en Francia. Es verdad que la gente es acá más gorda e íntimamente más desordenada que allá. Lo cual según he observado no acrecienta su comodidad física ni su autoestima. Opción libre que yo no pondría en discusión.
Reitero que por otros trabajos no puedo hacer fuera de
éste por la concentración requerida a dos o quizás tres personas por día. Pero ese «tercer» ejercicio sería gratuito si así es necesario para la persona involucrada. Lo que implica honestidad suya y, también, perspicacia mía.
Mi matinal saludo.
agosto 31, 2010 a 3:55 am
Victor V.
A que otro problema fisico se podria aplicar este metodo?
agosto 31, 2010 a 6:43 pm
Arturo Montes Larraín
Víctor:
En mi concepto, ya expresado mediante diversos textos de A.I., física y metafísica se hallan tan íntimamente relacionadas entre sí como lo están, para dar un solo ejemplo, cuerpo y alma, de modo que su disociación analítica representa según yo un error técnico, científico y ético. Así, si me propusieses trabajar para ti sobre el problema de la fe, yo no lo erradicaría de la materia; ni del espíritu al cáncer, etc. Sin perder -está claro- conciencia de mis límites y teniendo a ella por el contrario como básica para cualquier trabajo valioso. Mi afecto.
septiembre 1, 2010 a 12:03 am
Victor V.
Arturo, estuve en mis vacaciones en un retiro en Rangoon, Burma, actual Myanmar. Durante 10 dias me enseñaron a meditar utilizando la tecnica Vipassana. Entre otras cosas, la experiencia me dejo muchas preguntas, por ejemplo ya no estoy seguro de que exista un yo, fijo, absoluto, mas bien es un proceso y en ese proceso, no hay direncia entre fisica y metafisica, como bien dices. Igualmente, en ese proceso en el que estamos, para ese yo basico, elementos como el color de mi pelo, o estatura, o lo que me gusta o desagrada, no tienen ninguna significancia. Observe tambien mi cerebro, como si estuviese fuera de el, es una increible experiencia sentir esa masa densa de vibraciones. Entonces tampoco soy el cerebro, solamente lo uso.
Me hace sentido lo que dices, que la disociacion analitica del cuerpo y el alma es un error etico. Quizas sea solamente una simplificacion necesaria del metodo cientifico. No me acuerdo quien empezo con esto, Descartes?
Un abrazo.
septiembre 1, 2010 a 2:18 am
Arturo Montes Larraín
Víctor. Escribiré aparte un texto que irá si Dios quiere titulado así:
MHYSTOERIA.
Examina esa palabra que no figura aún o ya no en el Diccionario pero por aquí y por ahora sí.
Recibe mi saludo cristiano mientras duermes y sueñas.
septiembre 1, 2010 a 6:17 pm
jose luis ramaciotti
queridos, puro Schopenhauer: «El mundo como Voluntad y Representación»
septiembre 1, 2010 a 7:12 pm
Arturo Montes Larraín
Nótese, archívese y publíquese que Víctor en Septiembre 1, Día de San Arturo, aprendió a meditar. Ello le fue enseñado por Oriente. Transmitido está así por globalización en Occidente del Sur Poniente. ¿Cuál ha sido el contenido resultante de la meditación? Sabio es: no ser el cerebro, sólo, sí, usarlo. Gracias. Úsolo. Repítolo por mecanismo cerebral: cerebro, que no soy, sin embargo uso. Rodilla no soy, úsola. Et caetera. Uno nunca termina de aprender. Lo que usa. Usa uno lo que no es. Ab-uso de la medusa que mis sesos no serían. La medusa, alma del pez volador en picante aterrizaje sobre la tierra mapuche. El alma medusada, usada, proporciona peligroso escozor en el cerebelo bajo el pelo. Mortífero puede ser su canto de sirena espirituosa. Penélope prevé el aburrimiento instantáneo de Ulises al reencontrarla en Itaca. Por Chiloé sobrevuela el Caleuche cual buque fantasma o barco ebrio de Peter Pan. Sin confundir a Wagner con Baudelaire. El archipiélago del arte en la escritura supera a veces por su calidad compasiva a aquél de las musas, sobre todo cuando éstas son rimbombantes. Cosa no sucedida a la novia de Peter, esa novia laicizada de la Virgen que el Capitán Garfio odiaba.
septiembre 2, 2010 a 11:27 pm
Victor V.
Era San Arturo? Ni idea. Sobre tu Mhisteria no me pronuncio. Mejor me voy a meditar.
septiembre 3, 2010 a 1:24 am
Arturo Montes Larraín
Como energía sintetizada que «eres», Víctor, tornas estúpida la inquietud en boga sobre la existencia de extraterrestres u ovnis, pues tú mismo loS eres. Por soberbia y error llamamos descubrimiento al redescubrimiento…
Resulta según Hawking ahora, ese tontito comerciante de «siempre», que Dios no existe. La prueba está en que lo dice Hawking. Q.e.d.//
La física (y las otras ciencias) está plagada de leseras así. Pero mi comunicabilidad intelectual, limitada por sí misma, se halla además frustrada por coerciones económicas, culturales, históricas, etc. El cadáver se lleva más saber del que dijo. Ese excedente deficitario repercute sin embargo como «fantasma» sobre la vida. Una interlocución práctica se produce y reproduce así. En mí vive mi padre quien me cuenta cosas sobre su viaje actual. Ya lo había escrito Marx: «lo muerto ‘toca’ a lo vivo» (cf. Introducción a la crítica de la economía política). De un modo semejante, lo vivo toca a lo «aún» no concebido. Cualquier padre incluso imaginario (p.ej. un cura, «padre») sabe ya adolescente que está influyendo sobre su futura hija, mejor «conocida» a través del segundo engendro.
Y otro abrazo.
Otro abrazo.
septiembre 3, 2010 a 1:32 am
Arturo Montes Larraín
Echa una mirada en A.I. sobre «Poesía de la incertidumbre». Censuramos por miedo a la locura nuestra potencialidad gnóstica. Esta estrategia, eficaz, conduce a otra locura, demoníaca (cf. Maxwell en el 2º principio de la termodinámica: negoentropía), ésa que vemos cada día incluso en nuestros sueños. Conté por allí en A.I. una comunicación por miradas entre yo y un perro. Me da lata contarla otra vez. Otro pucho y a la cama. Es la 1:31 A.M. Tengo sed. No de alcohol. AML.
octubre 22, 2010 a 5:24 pm
Arturo Montes Larraín
La gestión del adelgazamiento pedida sobre todo por mujeres avanza bien pero yo aspiraba a resultados mejores. En promedio van por la mitad de lo querido. Lo cual sin contentarme contenta. Debo mejorar el pensamiento en la comunicación y la clientela ya no desdeñable debe para sí misma entregarse allí entera, con el respeto por cierto recíprocamente exigible. Considero inútil entrar por ahora en más detalles. Para sintetizar: GUATONAS, VENGAN.