La frase es -fue citada en este sitio- de Einstein. Resulta a primera vista enigmática. Por tanto, se piensa: “qué inteligente era Einstein”. Y cómo no. Se necesita ser muy inteligente para crear un enigma. Ud. quiere descifrarlo. Demostrar que es por lo menos tan inteligente como Einstein. Conste: por lo menos. Si por lo menos, por qué no más. Lo del premio Nobel podría ser un detalle político. Veamos si yo puedo ayudarle a descifrar el enigma. A menos que ya lo haya hecho y que para Ud. esa frase no sea ningún enigma sino algo obvio. En caso contrario, si quiere, lea.

Pero teniendo en cuenta dos cosas:

1ª Hacia el final de su vida terrestre, Einstein también dijo: “Siempre quedarán cosas incomprensibles”. ¿“Gagá”? Se lo dijo. Murió aislado. Yo pienso que eso es verdad. Igualmente pienso que él, astuto, había querido demostrarlo de antemano, inventando una frase (la del título) tal que ni él mismo la comprendiese y que suscitase hasta ahora para “ociosos” inútiles esfuerzos de entendimiento; lo había querido para reírse del mundo, porque a éste resultaría benéfico ser motivo de risa a fin de relativizarse y porque habiendo estudiado a Nietzsche el físico habría asumido para sí la precoz insinuación antisocrática de “La genealogía de la moral”, según la cual la “aventura científica” (cf. Popper, “La lógica del descubrimiento científico”, capítulo final, libro escrito después de Einstein) derivada del “nada se” constituiría una farsa destinada a NO “aburrirse=el infierno”, siendo que la humanidad ya sabe todo lo que puede humanamente saber, desde lo máximo, es decir, los conceptos de “todo”, “nada”, “nunca” y “siempre”, en síntesis, “infinito” en + y en –, con el resto, por un lado, adentro (Historia), y, por otro, ¿quizás? afuera-“adentro” (Dios): sin permeabilidad, frontera es imposible.

Ud., desde luego, es también capaz de inventar algún enigma, como “shto4’8vm´”, que quizás no significa nada (me ha ocurrido recibir felicitaciones por un texto mío del cual yo al releerlo no comprendía ni jota y que al confesar sinceramente esto fuese congratulado más aún, por ironizar sobre mí…, ¡lo cual evidenciaba mi superioridad sobre mi superioridad!, hay gente tan tonta que da risa, o tal vez ella descubrió allí algo que yo no). O como otro enigma “significativo”: tengo una elíptica manzana y la divido de polo a polo por dos, quedan dos mitades, antes de eso no la dividí en absoluto o sea sí por cero y allí la misma manzana seguía entera e intacta, luego de lo cual, pero antes de acuchillarla por dos le hice una tangente (no una secante) visual, táctil, olfativa, imaginaria, inimaginaria, etc., en otras palabras la partí por el número uno y restó (!) la misma fruta (un poco envejecida, sí), de lo cual se desprende que 0=1 y que todas las matemáticas clásicas son nada más que un juego, indispensable incluso de manera sólo “intuitiva” (análisis condensado) para construir un puente, por ejemplo; raciocinio impecable, ¿o no?, y sin embargo seguimos viviendo con que a=a y por tanto… q.e.d.

Enigmático: reímos en la fila descorazonada, pues si “la vida es sueño” según Calderón de la Barca (cf. “Cuento entre líneas” en este sitio), “el sueño es juego”, donde Dios no juega a los dados, sino a su recreativa Creación de la Libertad, que le permitiría ganar al lúdico aburrimiento del infierno de Thor Quemada).

2ª Pero VÍ a Einstein en una película de blanco y negro diciendo: “Si estoy sentado al lado de una mujer hermosa y entretenida, una hora se me hace un segundo, en circunstancias que si estoy sentado durante la misma hora encima de una estufa ardiente, es una eternidad; pues bien, eso es la relatividad” (curioso concepto de su eternidad, yo la imagino… como Lavandero pero todas las angelitas de 16 a 15, cf. “Lavandero” en este sitio). ¿Eso sería todo? ¿De allí la prevención arrepentida de Hiroshima? Sí. Porque desde la obviedad puesta en difícil (en “enigma”) el espíritu de conquista saca sin saber cómo ni por qué pero sí, miope, para qué, su “creatividad” tecnológica. La ciencia dice evidencias en indescifrables jeroglíficos cuya interlocución paga y convence para que desde tal truco intersticial surja por ejemplo la artesanía de la destructividad, como ahora con el calentamiento del planeta (cf. “Metafísica de la Tierra” en este sitio: no me cito por narcisismo, sino por creer que así ayudo en la parte ajedrecística del juego amoroso).

Ese intersticio que transforma a evidencia de cualquier idiota (la relatividad horaria de la mujer comparada al fuego eterno) en Ciencia Pura esclavizada a la técnica es similar a aquél aludido arriba, en 1ª, sobre la tangente respecto de la no tangente manzana, sobre 1=0. El intersticio de la Ciencia Pura consiste en decir de manera incomprensible la palabra “indeterminado”. Es sobre esta palabra que reposan todas las farsas matemáticas que a su vez fundan el lucro técnico. Si no se diese por establecido que la división de algo por cero es “indeterminada”, si no fuese por esta incertidumbre básica, el castillo de naipes subsiguiente sería incluso inimaginable y la locura del “desorden” reinaría, quitándonos el privilegio “racional” de ser animales hechos a imagen y semejanza de Dios, tan racionales que podemos incluso creer que creer en Dios es una irracionalidad cavernaria: “El Siglo XXI será religioso o no será” (André Malraux).

Ese intersticio perfectamente irracional es así el argumento tácito pero real para demostrar la asesina racionalidad humana, regla que tiene alguna excepción también aislada en el manicomio de los gagás.

***

Dicho lo cual podemos volver otra vez al título. Si la luz es la sombra de Dios, quiere decir que Dios no es la luz sino el creador de esta sombra que llamamos luz. Ello confirma al “Génesis” (1.3): “Y Dios dijo: – Hágase la luz. Y la luz se hizo”. Dios DIJO. No hay decir sino metafórico. Una mesa no es sino por metáfora castellana una “mesa” de madera, puesto que en inglés o en francés es también sólo por metáfora “table”, con fonéticas muy diferentes. Del mismo modo, Einstein puede llamar a la luz sombra. No hay problema. El problema está en que sea sombra igualmente metafórica de Dios. Pues la sombra significa atenuación de la luz. En la inteligencia humana, la atenuación de algo implica que éste también sea atenuación de otro algo anterior, exterior y superior, aunque no necesariamente diferente: todo respira (cf. en este sitio “La respiración”). Si fuera diferente, ¿qué lo sería, respecto de Dios? Sólo imagino: la nada. ¿Dios, criatura de la nada?, ¿inexistencia, invención humana? Creerlo cual lo hacen ateo y agnóstico sería más supersticioso que creer en Dios y significaría ya creer de paso en Dios, llamado retroactivamente por ellos “superstición”, pero bien aterrizada: “la superstición trae mala suerte”, al igual que pasar bajo una escalera, cosa que un amigo ateo evita rigurosamente, por temor. Pero ese “otro algo” también podría ser idéntico a sí mismo, es decir, tras Dios hay Dios, infinito, incluyente además de su contrario (“Dios creó al hombre para que redimiese al Demonio”) y de su diferencia o semejanza, como aquí mismo, en Ud. y en mí, en nosotros, ellos y ello. Tal englobamiento por la infinita Identidad Divina de su necesaria e intrínseca distinción Mostraría como Verdad el credo en la “vida eterna” como tal, pues de lo contrario Dios se habría negado a sí mismo en cuanto Identidad, al cambiar, por el solo hecho de no haber creado a haberlo hecho. Y la “Creación” sería otra vez una metáfora, ahora de lo sensible y de lo imaginable, otras metáforas… ¿Y qué dice el evangelista Juan? Nada tampoco que contradiga al Génesis ni a Einstein: “En el principio era el Verbo. Y el Verbo estaba en Dios. Y el Verbo era Dios” (1.1).

“Principio”: metáfora. “Era”: metáfora. “Verbo”: metáfora. “Sombra”: Cristo. “Metáfora”: metáfora. Redundancia en movimiento (“redondance”). Y Dios: el Espíritu (no “platónico” ni “hegeliano”, metáforas), el Paracleto (metáforas: “sólo quien abjure de él será imperdonable (…) Él juzga”).

No releo.