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Casi todo el mundo está en principio de acuerdo: mala cosa son los celos; carecer de ellos no significa indiferencia sino confianza; nada tienen que ver con el amor, lo destruyen, por algo “insignificante” o “grande”; son cercanos a la envidia y al odio; y para erradicarlos no se los combate: se los abandona, por feos, inútiles, confusionistas.

Estos acuerdos de principio están sin embargo lejos de ser llevados a la práctica. Ello ocurre muchas veces por incomprensión del otroª y por estrechez intelectual unida a un espíritu posesivo.

Incluso a gente adulta ocurre que caiga en celos por el detalle de una mirada. El ceño se le frunce, castiga con su aplicado silencio, si habla ladra dos o tres palabras, pone cara de pedo, finge haberse dormido, emite un quejido como surgido de pesadilla, enciende la luz y la televisión para provocar insomnio o rabia expresa, rechaza cenar, se jura venganza, y todo por una mirada de simpatía dirigida a otra persona. Habérsela enviado es motivo de furia. Otelo mató a Desdémona por un pañuelo. Hay guerras causadas por celos entre dos individuos, jefes políticos, donde debido a aquel sentimiento disfrazado de Estado o Religión, por ejemplo, mueren cien mil inocentes. Es por celos de Dios que Caín mató a Abel. Cada día existen “asesinatos pasionales”.

Mejor que este tipo de “animal racional” es una perra en “celo”. Curiosa coincidencia, sólo de léxico. ¿Qué ideología subyace en ella? No llego a concebirla. ¿Quién es más susceptible de celos, hombre o mujer? Yo diría que mitad-mitad. El corazón carcomido por la personalidad celómana trabaja contra sí, contra sus hijos, hermanos, amigos. Instala la desconfianza en el núcleo de su acción no sólo afectiva sino también laboral o simplemente instintiva. Los celos invaden sus sueños. La venganza ya ejecutada no la consuela, por su miseria fundadora, calculada y exhibicionista. Así, aun en “Amaneciente Incertidumbre”, yo experimento insufribles celos por las tres mujeres que me están desplazando y ocupan con disimulo y rivalidad recíproca entre ellas mi ex lugar territorial.

¡Qué estupidez todo esto!, ¿no? Yo no era celoso. Después lo fui. Ya no. He pasado pues por el itinerario vulgar. La mirada de simpatía de mi mujer a otro me produce contentamiento, por la alegría de ella, que se hace mía. Le tengo confianza. Y ella a mí, salvo a veces, debido a mi prontuario, en gran parte por lo demás muy calumnioso aquí. El tiempo de la fidelidad purifica a aquél. Otro bautismo es posible. Se vuelve a nacer. Sin que haya ya lugar para más celos. El alma respira, entonces limpia, el aire inmaculado de Santiago.

He escuchado en Francia hablar sobre “el horror que produce la página en blanco” cuando se va a iniciar su escritura y que según mi experiencia desaparece -si existió, cosa discutible- desde haber deletreado la primera frase. Como aquí, por simple hipótesis lúdica. ¡De qué podría sentir miedo! ¿De vuestra opinión? No… La frase anterior lleva a la siguiente sin que importen -salvo en tiempo de crisis- sus contenidos. La cuestión reside por un lado en llevar a los lectores de la mano desde una palabra a otra, sin incomodarlo, como si se tratase de un movimiento natural y no ficticio, invención ya advertida por Marx al comienzo de “El Capital” (se trata de “dar la impresión de un movimiento a priori”). Y sin que el autor tenga mayor idea de adónde va: escribe por escribir y la escritura explica a la escritura; intuye quizás algo a lo lejos, pero ¿qué? (cf. en A.I. “Lituraterrae”), variaciones efímeras, es decir, casi nada: nada.

Se escribe “buscando oreja” (Kundera); “para alcanzar gloria” y “ser amado” (Sartre). Son ilusiones. El oído se ensordece reduciéndose 1.000 páginas a una palabra o a una sensación. La vanidad se satisface lo que dura un segundo. En cuanto al amor, ¿qué le queda, sin ser posesivo y auto-afirmativo? ¿Qué me resta de “El principito”, sino aquel elefante dentro de un sombrero? ¿Qué de Bukovsky, salvo su ironía en la desesperación? ¿Qué de Sandokán, exceptuados el “rayo verde” en el mar; y Mariana? ¿Qué de “Montecristo”, si no Faria? ¿De “Otelo”, si no Iago? ¿De Einstein, salvo su sentido del humor? Podría seguir. ¿Sigo? Bien. ¿Qué del evangelio de Juan, salvo, atribuida a Jesús, la frase “yo soy la puerta”? ¿Qué de qué? Poquísimo de mucho. Vidas y muertes, Historia, restringidas a unos escasos fonemas, como la “V” en morse (…-) de Beethoven en la 5ª. Los sufrimientos, la esperanza, la ternura, etc.: tres palabras perecederas como el tiempo al borde del mar.

No tiene por qué ser esto fuente de desconsuelo. Las huellas no se borran aunque se nos hagan indistinguibles. El ser individual contiene pero sobrepasa al yo. Te contiene, inmensidad continente de Dios, de la Creación, otra vez de mí, y así sucesivamente, hasta esa eternidad desde siempre iniciada que conduce a no sabemos dónde, salvo a un supuesto y absoluto amor del cual ignoramos en lo fundamental qué concretamente es. La miseria humana es su riqueza, su potencialidad. Sin excluir a rocas, plantas, “animales irracionales” (?), estrellas. Recuerdo aquí una frase de Juan Pablo II: “No me repito, sólo digo lo mismo”.

El consuelo consiste en la compasión. Tu dolor me duele. Hecho mío, te alivia. Aliviándote, te apacigua. Apaciguado, me calma. Y el proceso -parabólico, no elíptico, no espiriforme, no circular, no lineal (cf. “Poesía de la Incertidumbre”)- prosigue. Desde antes que la concepción hasta después que la resurrección. Es lo que habría compuesto Brahms sobre Hydn. Luego de Beethoven, esa música se escinde en dos vertientes: Brahms o Wagner. No juzgo. Ud. conoce mi sentimiento al respecto. No temer a la página en blanco y ceder a ésta con una espiritualidad abierta a Dios que admite el pecar de ella va a ser partitura plena, siempre inconclusa, pero gozosa, propia, ajena

Al creador,
Al administrador,
A los amaneceres y todas sus incertidumbres,
Al que administró y diseñó por primera vez,
A las dos bellas personas que hoy administran,
A los que están desde el primer día,
A los que vienen de pasada,
A los que se fueron,
A los que están ingresando,
A las mujeres que se atrevieron a invadir,
A los caballeros que las recibieron,
A los hombres que se fastidiaron,
A los que creen que la virtualidad es sólo eso,
A los que están seguros que la virtualidad es sólo una circunstancia.
A los que aportan buenas reflexiones,
A los que só escriben «onomatopeyas»
A los que insultan,
A los qué sólo entran a saludar,
A los que aman las letras más allá de quién sea su autor,
A los que nos acompañan en la vida real haciendo la experiencia de estos escritos,
A los que saben que detrás de un monitor hay una persona con virtudes y errores,
A los que apostaban que no iba a poder con la Dirección de A.I
A los que opinan que sólo soy un acto rebelde de Arturo,
A los Chilenos,
A los Argentinos,
A la bendita cordillera,
y los milicos de turno,
A la democracia y a la tiranía que encontró el «delete» en un teclado
A los que saben perdonar,
A los que quieren aprender
A los que quieren descargar su ira,
A los que son, como parecen y a los que muestran lo que no son,
A la paciencia,
A los libros,
A las secuencias impías que hicieron heridas,
A las manos que las curaron,
A las escuelas donde fuimos y los padres que tuvimos,
A la metafísica y la física cuántica,
A las putas,
A todos sus hijos,
A todos los que fueron confundidos con travestis,
A los que lloramos por todo,
A los que nos reímos mucho.

A los que amamos cada amaneciente incertidumbre. Salud.

A todos…

Feliz Primer Año Amaneciente Incertidumbre.

Se han cerrado las puertas y ventanas
La casa se ha dividido, es desoladora
Los adolescentes han salido por un tiempo
La adolescente pianista ha dejado de tocar
El adolescente guitarrista lo ha hecho también
Será buena esta toma de decisión, me duele
Es realmente una buena opción conocer al padre
Será que me he equivocado, me juzgo y lloro
Existen los profundos silencios, no hay ruidos
Se han silenciado las risas, peleas, permisos
Tareas instrucciones
Se ha enmudecido, la mamá, el beso, el abrazo, acunar
Las fiebres, resfriados, turnos la rutina familiar
El hogar ha muerto ha mutado se ha ensombrecido
Me habré equivocado, estoy perdida por la angustia
Linda niña no has sido pianista, has sido mi amiga
Gran hombre nos ha costado, ya seremos amigos
El hombre hoy, urbano no toca su guitarra pero la guarda
No están las notas ¡! DO _ RE – MI toca sus planos
Con gran habilidad ¡!
La niña canta, sólo nosotras sólo en privado sólo ella
“Que linda voz “cuando te atreves a cantar
Te miro te escucho, mi alma se llena de tu voz
Canta Niña Canta

Pour Que tu M’Aimes Encore
J’ai compris tous les mots, j’ai bien compris, merci
Raisonnable et nouveau, c’est ainsi par ici
Que les choses ont changé, que les fleurs ont fané
Que le temps d’avant, c’était le temps d’avant
Que si tout zappe et lasse, les amours aussi passent
Cito a: Neva Milicic
Aseguró que las madres perfectas no existen, pero si las buenas madres y son aquellas que dan espacios de libertad, mantienen el apego y escuchan más que sermonean.
“Salir para la nada y la cosa ninguna”

Cuando quieras que otro te entienda, habla poco, claro y pausado.

Intenta no usar palabras rimbombantes, ni rebusques las oraciones con modificadores ni abuses de los circunstanciales.

Habla corto, claro y preciso, repito.

Si la mirada está ausente, si no serán leídos tus gestos ni escuchada tu palabra, entonces usa la mejor caligrafía. Comprende que el otro puede no entender la letra si haces una fiesta con los firuletes. Sonrío con la imagen.

Babel es territorio frecuente en el que nos detenemos desde los más ignorantes hasta los ilustrados. Los sabihondos también caen en el pecado de la palabra no dicha pero sugerida. O la de aquella que se dice por otra, que es la que se quiere decir pero no es dicha para no ser tan evidente o muy evidente o vidente. No sea que el otro entienda. Y ambos se sientan al descubierto. Hacemos estas cosas. Usamos máscaras.

Todos somos políticos, tenemos una puerta de atrás y otra de adelante pero alardeamos de francos y en realidad somos brutales. Confundimos sinceridad con grosería.

Y el otro a veces también por orgullo o cierto amor propio o pedantería, pretendiendo que no se lo tome por tonto…dice Ah claro, entiendo.

Por supuesto, no entendió nada. Y nunca se aclara, jamás.

Así vamos por la vida, juntando confusiones, malos entendidos, broncas, disgustos, penas. Pero, no aclaramos. Somos temerosos de un sano enfrentamiento no sea que se nos diga algo que no queramos escuchar, menos leer. Porque la palabra escrita, escrita queda y a muchas… no se la lleva el viento.

Hay veces que junto momentos en bienes, para guardarlos casi con la perpetuidad de un recuerdo.

Muchas otras te busco callada, en el silencio, con miedo que solo resultes un eco.

Estoy…Intentando guardar mi mundo interior dentro del tuyo, intimidandote con la idea de hacerme perenne en tu memoria.
Desafiando a tu olvido, marcando tus frases, tus gestos, tus voces…

Quisiera entender el milagro de creer con fe en algo, luchar por eso, ser menos esceptica…

Podría decirte que creo en vos y sonreir en un reflejo hipócrita, pero los dos sabemos que el tiempo no pasa, tan solo sucede.

Y me caigo en tu respuesta, en tus laberintos, en tus ansias…Y recorro virtudes y me hundo en tu ausencia

Y sabes que no estoy y se que no vienes …Ni cruzamos el punto del camino que nos lleva…Pero no es engaño,
y aun así lo elijo…Aún así lo doblo, lo acepto, lo corro…
Aún así lo elijo…Aunque lo que hoy me salva me lleve a la nada.

Estoy muriendo. Bueno, todos estamos muriendo. Antes de ser concebidos en un simple polvo nocturno, ya nos hallamos resucitando. Qué más da. Efímera es la vida sin su eternidad. La primera sucede entre paréntesis. Algo como así:

– ∞ (…) + ∞,

– = +,

q.e.d.

La prevención de esto existe en el óvulo y en el espermatozoide antes de tocarse y de ser.

No dejo testamento. No dejo nada. A nadie. A lo sumo, presuntuoso, dejo mi herencia espiritual. Si queda algo material, repártanselo según su antojo, no es cuento mío. ¡No iré a la notaría! Yo ya estoy en el Reino de los Cielos, despreocupado por completo de la burocracia además pagada en este mundo entre paréntesis. Ni siquiera hago declaración de impuestos y entre la cárcel o la libertad no veo absolutamente ninguna diferencia. La tortura me acaricia. El castigo me hace soñar. A los golpes soy inmune. La enfermedad es mi reino. El dolor: trivialidad. Así soy feliz.

Si “muero” en la calle, nada me importa que sea abandonado allí: Uds. por la fetidez infecciosa a podredumbre harán la correspondiente pega cívica, y a mí qué. Incinerado, sepultado, fosa común o ceremonia célebre con magno cura en misa cantada con el Réquiem de Mozart que tengo entero dentro de mí, me da igual. Cosa de “vivos”. Soy libre incluso después de muerto. Sólo pertenezco a Dios, a Jesús, a María, a poca gente más. A Uds., loas imbéciles, no.

No dejo testamento. Peléense mis obras de arte, mis propiedades, mi literatura, mi biblioteca, mis cuentas bancarias, mi alma. Aunque mejor sería que no se las disputasen. Compartid en amistad la nada.

Un Gran Padre “ Me dijo mi Negra Linda”

Llego al mundo, con un hola mi negra linda
Me abraza me enseña me llena de amor me acuna
Me canta, aprendo yo le canto también y cantamos
Nuestro preferido es Cuco Sánchez
Jugamos a contar los sueños
Le he contado que yo vuelo por la escala
Se interesa me pregunta, siempre me quiere
“ Mi Negra Linda “
Ahora ojitos de aceituna
Nadie tiene ese pelo Azul solo mi Negra
Negrita “ El negro nunca Destiñe “
Cantamos paseamos, lo acompaño que felicidad
Me siento atrás en el auto vamos lejos
Vamos a trabajar, tengo 6 años yo soy feliz
Vamos al Norte me dice mi negra nos fuimos
Cuando encuentre un árbol me avisa “ ( se ríe )
“ no lo encontré “ me enojo porque no hay
Mi padre se rie , y no me cuenta que es desierto
Lo presento el es Martillero y digo a la concurrencia
Ya viene Don Maura hacer el remate siéntense
Ah Don Maura es mi papá me llamo María Francisca
Soy Campeona. Gané en natación, mi padre está feliz
Hablo inglés mi padre no entiende nada, esta feliz
No vivimos Juntos, tengo 14 años estamos en Talca
Hemos conversado mucho ya que esta haciendo gestiones
Para vivir con sus Hijos mi hermano menor y yo .
No necesito hablar tanto con mi padre, tenemos
Los ojos muy parecidos y solo al mirarnos nos comunicamos
Esta si que es Guata para acurrucarme en la noche ¡!
Estoy tan contenta mi padre me quiere y viviré con el
Ni mi padre ni sus hijos pudieron lograrlo, se enfermó
Hizo su último Remate sintiéndose mal su frase fue
“ Hasta el Ultimo Golpe del Martillo “
Han pasado muchos años, el proceso Duelo no lo hice
Tengo el inmenso orgullo de ser hija de este Padre
Padre Recordado hasta Hoy ya que fue un Gran amigo

“ El Martillo es sus manos era herramienta para
Esculpir una obra de arte dándole vida y
Vigor al campo chileno Gran Señor de la Subasta ,
El maestro Y como tal decidió despedirse del
Escenario
“ Huaso hombre de Campo “
“ Corralero “
He sido una mujer Feliz con este padre aún
Conversamos y largamente aún canto Cuco Sánchez
Aún siento su gran amor de Padre y su penetrante
Mirada aún nuestros Ojos se encuentran para comunicarnos

“ Solo con la Mirada “
Hoy nos encontraremos en los sueños

Hoy no es mí teclado el que escribe,
es una copa y el silencio,
es la noche que me abandona,
es saberte imposible.

No son tus respuestas
que me acaban.

Son estos sentimientos
que destiñen,
Dos palabras y un puente
las mismas
a un millòn de preguntas,
y la distancia que empareja
los colores de tu amanecer
y mi oscuridad

Hoy te escribe mi copa y el silencio
Me guardo esta sombra
que sí me acompaña,
son esos garabatos sin azul ni negro
es la letra fría
y el enter apurado que elijo.
Es la carta que no se donde enviarte
son esas palabras al oído
que no voy a decirte
y ese tono de voz
que no voy a oirte…

Una historia empezada
como tantas de otros
y todas tus predicciones…

El calendario que se tacha
y las promesas que sabemos incumplibles…

Es escucharte en el engaño
y aún asi amarte

Es mirarte sin verte
y verte sin necesitar imaginarte

Sos vos o soy yo?

O es tu invento y mi voluntad
mi necesidad y tu apariencia
mi debilidad o tus vacíos ?

Soy yo,
entre mi copa y el silencio…
Sabiendo que te gano un poco cada dia
pero que de a otros tantos
de a segundos va agotando…

Tengo 4 hijos vivos. Gracias a Dios, una muerta: exceso de carga para el bolsillo. Apenas los veo. Además -insoportable-, con nietos. Cuando los 4 eran chicos yo los azotaba. Los lanzaba contra la pared hasta que desde la nuca aturdida enmudeciesen de asombro por amor. ¡Cuánto reí! Y fueron comprendiendo. Se disciplinaron a golpes. Ya son adultos, no los amo. Si me visitan, son molestia. En el plano profesional están bien: sin herencia. Siguen mis pasos. Maltratan a sus hijos y mujeres, mientras éstas les ponen el gorro, y recíprocamente, no sin dejar también de pegar a los nietos. Bien me parece. La letra con sangre entra. Sin sangre sale. Ser padre consiste en trabajar, en emborracharse, en insultar y pegar. Cumplo así en conciencia perfectamente mi tarea. Simular no amar es amar. El hijo necesita autoridad. Hice que el mayor leyese “Das Kapital” a los 9 años de edad. No comprendió ni leyó nada; como hasta ahora. Pero al menos se aburrió, fuente del pensamiento. Con las niñitas nunca cometí abuso sexual. No por falta de deseo, que tenía, sino por afición a la siesta continua. Ésta en el descanso cansa entre sueños por completo perdidos que despiertan con pesadumbre y dolor de cabeza. ¡Soy padre! ¡Soy marido! ¡Debo partir! ¡No hay nadie aquí! ¡Dinero!

El desamor de un padre es amor sacrificado y desvalorizado por la madre indiferente al amor salvo “juvenil” que ya no vale nada, puesto que ahora ante una simple caricia nocturna grita “¡déjame!”. Eso hiere. El desamor del padre va entonces poco a poco, sin saberlo, “in crescendo”, hasta que se apaga y él de pronto, de pronto, se va. Sufre. Ella no: ¡por fin! Pasan años. Él se ha calmado. Ella se conduela en su soledad avejentada del bridge. En él los sentimientos del amor ya no existen, están reemplazados por una serenidad. En ella, tampoco existen, pero sí el rencor hasta después del ataúd. Lo cual constituye una lástima para el viudo preexistente. ¿Hay algo más triste que un viudo?

El desamor de un padre viudo y muerto precoz está en que sus hijos hayan lavado su cerebro. Aquél ya no existe. Nunca ha sido. Nunca fue.

Te tuve en mis brazos. Te enseñé a leer. Te paseé. Te canté. Te protegí. Te alimenté. Te conté cuentos. Te maravillaste. Te dejé jugar. Te llevé al colegio y te fui a buscar. Te besé. Adorné tu dormitorio. Te enseñé solfeo y matemáticas. Fuimos a la playa. Hicimos ski. Comimos trufas. En fin, tantas cosas más.

Hoy, sin queja, soy el desamor del padre. Quedaría la madre.

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