Quiero escribirte una carta de amor. Digo de toda mi capacidad para amar. ¿Cómo lograr que creas en esta fuerza que me sobrepasa de amor a ti? No con un exceso de palabras reiterativas, ya lo sé. ¿Cómo entonces lograr, amada mía, que estas palabras cobren valor de vida en tu pecho? Digo de vida como es vida un árbol, lo es una tarde, lo son una caricia, tu pelo, sin romanticismo el cielo, el celo, la arena en la piedra de tu carne.
Te escribo con la modestia de las letras todo mi amor. Eres bella. Lo eres desde el alma en tus labios, en las piernas, en el juego del ombligo, en la rosa del sexo, en los hombros, en la mirada mientras duermes, en la compasión, en el perdón. Eres bella sin otro padre u otra madre que aquéllos nunca olvidados dentro del olivo que nada olvida. No ejerzo poesía. ¿Cómo hacer para que comprendas que mi amor a ti sobrepasa toda mi capacidad de amor? De obesidad carezco mas estoy obseso y obeso por este amor a ti que escuchas con parsimonia de madre. En tu silencio cantas las cantatas del encanto. Te entregas en la noche como la noche entrega al día. La cama se estrecha entre nuestros besos universalizantes.
Te amo como amo. Yo soy el señor de mi amor. Tú su señora. Cuántas cosas maravillosas hemos vivido en común. Los buenos recuerdos son millares y están vivos incluso dentro de dolores. No te hago poesía. No busco seducirte en la tardanza. Tú sabes, a nadie busco seducir. Es sólo que sin culpa mía salí seduciente. Quise no serlo. Pero, pero, pero… Y de ti ¡no hablemos, seductora del bien!
Anochece en nuestras vidas. Recorro con mis manos el alrededor de ti. Desde allí hago el pergamino de esta historia. Te toco sin tocarte y sin tocarte te toco. Te toco enloquecido de puro amor que en mi sentimiento desconoces, ¿por qué? ¿O es que yo ignoro tu amor a mí? Quizás. Podría ser. En tal caso, ven. Bailemos. Cantemos al amor de los amores. Amplios son para mí éstos. Van más lejos que los límites permeables del universo. Tú no me crees. En comprender la mentira está la verdad. Yo sí te creo. No obstante todo, te creo. Miente: seguiré creyendo en ti. El amor ríe de la mentira y así la extingue. Te amo, amor. Amo tu piel. Amo tu corazón. Amo tu nombre.
El amor permanece más allá que el horizonte de la imaginación humana. Así nos sucede. Nadie sabe qué contiene o de qué rebalsa un alma. Eres bella. Esto ha sido una carta de amor. Yo habría querido que te hubiese llegado más.
Cerca y lejos estamos tú y yo. Ya no vienes. Es innecesario. Me hallo en ti independientemente de ti. Te sonrío. Eres una preciosura de cuerpo y alma. En tu cuerpo encuentro a tu alma y en tu alma a tu cuerpo. Ya sabes, no soy poeta. Sólo emito pocas palabras de amor, mi amor, como por ejemplo decir que te amo. No me perdonas o te soy indiferente amándote. Serás la flor del paraíso. Serás al agua de la noche. Eres el aire del vientre desalmado. Tú vives con los pies en la tierra. Yo más lejos. Desde allá te amo. No crees. No creas. Es una opción posible. Te has hecho una mujer libre. Me dijiste sin embargo en un depósito de clínica que sí me amas. ¿Por qué estás entonces tan lejos, mi amor? ¿No sabes qué han sido en el fondo de mi ser nuestros hijos? Las madres suelen decir “son la razón de mi vida”. Los padres no decimos eso. Si yo resucitase, no haría la misma vida. Por no repetir. Y sin duda antes que eso por la voluntad del Señor. ¿Crees tú en él?
Yo te amo, mi amor. Yo no sé cuánto te amo. Pero es desde el primer día hasta el último día más que yo. Me conmueve decirlo, mas así es.
Tienes un pétalo de la flor del pensamiento en la cabellera. ¡Cuánto reímos juntos! Te cuidé. Te cuido. Te cuidaré. Nunca hice el amor con tanto placer como contigo. Vé.
No releo. Hoy estoy bien.
11 comentarios
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agosto 25, 2010 a 9:46 pm
Arturo Montes Larraín
¿Fue «eso» una carta de amor? ¿Es posible el amor en carta?
agosto 25, 2010 a 11:40 pm
Arturo Montes Larraín
Amor: ¿Amores? ¿Amores del Amor? ¿Amor de los Amores? Si nada permanece idéntico a sí mismo, ni el mismo Dios arrepentido tras Sodoma y Gomorra por haber creado a la humanidad a pesar suyo tan desalmada, ¿fuiste madre potencial, madre actual o madres? ¿De quiénes fuisteis hijas, amor? No se comprende al amor. Yo, padres, ¿os amo, hija? ¿Os amo, hijo? Sí. Pero… falta tanto. Os falta sin que ello os importe. El Amor se encierra negándose cual exigencia. Miente al sentirse traicionado porque no se le recompensa mediante demostraciones de la rutina en el aburrimiento del calendario convencional e incluso inconvencional. Baladí me parece la teoría del vaso más lleno que vacío de amor y desamor. Duele amar menos. La infidelidad conyugal no es amar menos. Es sufrir más. ¿Implica sufrimiento amar? Por desgracia, sí. Mas también hay tiempos de inmensa felicidad. Como ese amanecer, amada. ¡Si no necesitásemos comer! Difícil resulta para el hombre comprender la amorosidad de la mujer. Y recíprocamente. Se simplifica. Errare humanum est. Consolémonos. No es una exageración decir que nos amamos. ¿O sí? No. Yo te amo. Tú me amas. La humanidad ama y se ama. Gracias al Big Bang…
septiembre 8, 2010 a 6:29 pm
Ambar
Don Arturo:
Es eso exactamente lo que siente por el amor?????. A mi me encantaría que en la práctica me ocurriera como lo escrito. Lo que usted escribió es maravilloso. Ese es el verdadero amor al menos para mí. ¿Pero cree usted que ésto sucede en las parejas, en los matrimonios? Pienso que no, hay muchas mesquindades, hay egocentrismos, egoísmos, miserias, insultos, argumentos injustificados de lo contrario sería precioso. El amor es lo más sublime que puede sentir el ser humano donde los ojos brillan todo es lindo y le hace olvidar todas las pequeñeces que se sufre a diario, hace olvidar todo lo malo, así con todo lo que conlleva el diario vivir, sufrimientos, alegrías, penas, lágrimas, celos, risas ufffff cuántas cosas más. Su escrito me ha conmovido hasta lo más profundo.
Muchas gracias, siga escribiendo, lo felicito.
Ámbar.
noviembre 8, 2010 a 1:32 am
Arturo Montes Larraín
Hermosa es la palabra Ámbar a pesar de su masculinidad. Lo es por su dos sílabas, por su gravedad gramatical acentuada, sus cinco letras con dos A, su ser piedra, su color de sol visible en la palma de la mano, su transparencia de puma. Agradezco sin vanidad la escritura del Ámbar. Suelo olvidar las cosas buenas que a veces son dichas sobre mí. A veces las reencuentro como ahora. Me sorprenden. Debo olvidarlas de nuevo. No se justifica escribir si no es para hacerlo mañana menos mal que hoy. Gracias.
febrero 1, 2011 a 6:33 pm
victor de jesus gomez torres
CARTA DE AMOR Y ODIO QUE NUNCA ENVIÉ
(Monólogo de una historia de amor juvenil)
AMOR MÍO:
En estos momentos me encuentro llorando…
Mis lágrimas, brotan y brotan,
Pero, ahora lloro más que nunca,
¿Y sufro?, no porque me dejaste de querer, ¡no!
Sino porque pienso en ti,
¿Qué será de tu futuro?
¿Que será de aquella muñequita
Que en días pasados hice sufrir
Y ahora que regreso arrepentido,
Fue para recibir una venganza?
No sé que genero de corazón tienes,
Llorando te pedí que no me dejaras;
Pero, fue en vano.
¿Y sabes una cosa?
Ahora, me da vergüenza haber llorado frente a ti.
Ya no quiero volverte a ver,
Porque, sería para seguir sufriendo,
Para que continúe tu venganza,
O tal vez vendrías a mí;
¡Por lástima!
¿Y por lástima?
Prefiero que sea otra,
Porque tú, no mereces mi cariño,
Me despreciaste, hasta lo último.
¿Cómo te atreviste a pedirme que te dejara de ver, sabiendo que no podía estar un minuto lejos de ti?
Te lo dije llorando,
Te lo pedí por lo que más quieras…
Pero, no, a ti no te importó…
¿Si en días pasados te hice sufrir?
Me cansé pidiéndote perdón,
Porque ya había sentido en carne propia,
Lo que es sufrir; pero, me di cuenta, ¿Que tú?,
No conoces el perdón,
¿Por qué?
Porque, no le temes a Dios…
Y por eso estoy llorando,
Y sigo llorando por ti,
Y te lo vuelvo a repetir:
Sufro por ti, y siempre sufriré por ti.
Ahora sí; ¿Te das cuenta porque tenía mucho miedo el demostrarte mi modo de querer?
¿Te das cuenta por qué te era indiferente,
Y por qué trate de separarme de ti?
Te lo dije:
Yo tenía mucho miedo…
No estaba seguro de ti,
Pero, ahí fue donde empezó a trabajar tu inteligencia,
Hasta que caí en tus redes.
¿Quién iba a imaginar que era para una venganza?
¡Ya viste, lo lograste!,
¿Estás contenta?
Y todo esto lo presentía, y traté por todos los medios de no perderte.
¿Verdad que no fuiste capaz de recibir tanto amor?
¿Reconociste que mi manera de amar
Era demasiado para ti?
Y sabes una cosa:
Tú no comprendes, lo que es,
Y lo que significa la palabra amor,
¿Por qué? ¡Porque tu corazón es de piedra!
¡Y puedes reír como ha sido tu costumbre!
…Pero, esa es la verdad.
Tú eres una muñequita,
Gobernada por una fuerza superior a tu voluntad,
¿Que te ordena?
¡Y qué debes de cumplir!
Ahora no te importa todo lo que yo te diga; pero,
Guarda estas líneas,
Que algún día, te harán falta,
¿Y cuando recapacites?,
Será demasiado tarde,
Entonces; sabrás lo que es el amor…
¿Sí te dejé de ver y me dices que sufriste?
¡Ahora me río!
¡Y sigo llorando;
Pero, a carcajadas!
Porque ahora me acuerdo, cuando me decías
Que me querías;
Y yo, ingenuo lo creía.
¿Y me río?
¡Porque, creo son puntos de locura!
¿Y sabes una cosa?
¡Tú me estás volviendo loco!
Pero, antes de que esto suceda,
Es necesario que sepas:
¡Que ya no te quiero!
Desde este momento murió todo amor hacia ti,
No vuelvas a verme, ni hablarme,
Porqué me reiré,
No te creeré nada, absolutamente nada.
¿Y vienes y te me arrodillas?
¡Ja, Ja! ¡Ja!, Ni así, volveré a caer.
Segura debes de estar, de una cosa:
¿Sufriré por ti?
Pero, pensando en tu futuro…
¿Q u é s e r á d e t i?
febrero 20, 2011 a 6:19 pm
Arturo Montes Larraín
¿Eres doctora en pseudónimo de Oxford? No. Más que eso. Felicitaciones.
May 6, 2011 a 11:55 pm
victor de jesus gomez torres
E L S E G U N D O A M O R
¿Cuando te digan que el primer amor es el que no se olvida?,
¡Contéstales que es mentira!
Diles:
Que el primer amor,
Es una ilusión,
Que siente el corazón
Cuando experimenta el deseo
De conocer lo que es el amor.
¿Si crees que lo que digo es mentira?
Preguntar a un corazón,
Que se haya entregado al primer amor,
Estoy casi seguro, que vive arrepentido,
Pensando cada día, en el error que cometió.
En cambio: ¿Cuándo con tiempo se escucha consejo?,
La ilusión se calma, y se piensa, en un segundo amor.
Entonces; surge la dicha verdadera.
Ahí es donde todo se vuelve color de rosa,
Y el corazón exclama y dice:
¿Cómo fue posible haber vivido
Tanto tiempo en las tinieblas,
Ciego por el primer amor?
¡El segundo amor, es el verdadero!
¡El segundo amor, es comprensión!
El segundo amor es ternura;
Para tu corazón.
Por eso:
¿Cuándo te digan que el primer amor
Es el que no se olvida?
¡Contéstales que es mentira!
Diles:
Que el primer amor es una ilusión,
Que siente el corazón,
Cuando experimenta el fuego,
De CONOCER, LO QUE ES, EL AMOR.
May 7, 2011 a 6:37 pm
Arturo Montes Larraín
Yo me quedo con el amor que se desconoce y que no tiene número. Ni siquiera cero. No infinito. Nada fraccionario. Es desesperado por causa de la noción temporal. Apoderaos de «Amaneciente Incertidumbre». No me pertenece. Vuestra aunque por qué no también conmigo sea. Pero Vuestra incluso para el WC. Mejor habría sido no vivir que vivir, para viviendo morir y reproducir así la muerte y el olvido. Más económico habría sido ello. Recuerdo a la nada. No existo ni soy. La depresión es una ficción no fingida. El amor real al limbo no tiene allí nombres. No hay lenguaje. No hay música. No noes. No limbo. Esperad sin esperanza ni desesperanza. Pero conseguid sin robo ni asesinato lo único que para ello es indispensable, es decir, el dinero, del cual en el fondo no se sabe de dónde viene ni a dónde se va, se va. Mas algo queda. Desnudos y desnudas dentro de cada ataúd no experimentais frío ni calor. Ningún veneno emerge de ropajes inexistentes. Aunque sí aquél de vuestras carnes. Luego los esqueletos puros se van esparciendo y haciendo polvo escurridizo por las hendijas del alma ignorante para su felicidad también ignorante de su realidad material en este diminuto universo estelar.
May 8, 2011 a 2:44 am
victor de jesus gomez torres
CORAZÓN DOLORIDO
De lo que vierta, es bien recibido,
Si ya no le queda, ni gota de amor.
Sí el sublime amor se ausentó de tu lado,
Sólo te queda; el resignarte a vivir,
Porque la vida, cuando es perturbada,
Se le hace espinoso, admitir el sufrir…
__ ¡Ya no llores tanto, pulsar de mi vida!
¡Ya no sufras tanto, que puedes morir!
Ya que, el abandono, está concedido,
Cuando no preexiste, ni pizca de amor…
Si el amor se extinguió, por mal comprendido,
Solo te digna: continuar el vivir…
__Así le dialogo, a CORAZÓN DOLORIDO,
Tratando de hacerle, captar la razón.
Porque si persiste, con grande sufrimiento,
Tarde que temprano podría sucumbir…
MI CORAZÓN DOLORIDO, entiendo que sufre,
Porque a él lo hirieron, con daga de amor.
Pero, quien sufre, está bien entendido:
Es mi existencia, por la nostalgia del pérfido amor.
EPÍLOGO
Si al exprimir lograste enjugar una gota,
Del destrozado corazón agonizante,
Ayúdale a encontrar otro nuevo amor,
Para que ambos reinicien y sean felices.
Este poema ha llevado más de una treintena de correcciones y siempre ha quedado inconcluso; pero, usted tratará de darle la especificación adecuada, cambiándole los sinónimos y seguro estoy que cuando lo vuelva a revisar, llevará una nueva sorpresa; deseará volverlo a corregir. Este es uno de los pocos poemas que me han causado tanto entretenimiento. Por lo pronto me decidí en dejarlo tal como lo ha encontrado usted. 12-4-09. 19.15 P.M. última adecuación.
abril 9, 2012 a 11:48 am
Administrador
Por defecto computacional se me perdió la última poesía
que escribí bajo la forma de otra carta de amor esta vez total.
abril 21, 2012 a 5:26 pm
Administrador
Contaré un secreto. Mi carta de amor inicial, ésa de arriba en este sitio, sí, allá, fue y vino, frase a frase, evocando a diferentes mujeres de distintos aspectos físicos, nacionalidades, edades, clases sociales, culturas, tallas, estados civiles, dentaduras, caracteres pilosos, por ejemplo. Sonriendo -perdón por la sonrisa- a mí mismo, yo esperaba que el conjunto se tradujera sin esfuerzo mas sí con volatilidad en una forma de coherencia aglutinante, como si se tratase de una sola mujer no identificada con precisión, acá Monique, allá Mónica, después Christelle, sin olvidar a Godiva, a Rebecca, Fatma, Pronta, Fresia, Ludmila, Chloë, Teresita, Carlina y Klaus, por ejemplo. Los comentarios a la misiva globalmente muestran que todas ellas son Una: ¡Católica! (cf. RAE); es decir, ejemplares, honestas, inteligentes, sensibles, dulces, serenas, armoniosas, altruistas. Me interrogo sobre si un ejercicio en el sentido contrario daría un resultado semejante, donde «los hombres son todos iguales»: mentirosos, borrachines, infieles, innombrables, manipulables, coimeros («menos mal: esto pasa», musitan al únísono las Monique), abusadores y barrigones. Lo ignoro por razones evidentes que Klaus siempre discreta no ha querido revelarme.