Puisque cette maison, cette leçon ou saison relative de liberté hipothétique qu’est la vie, si celle-ci est, nous a forcé à envisager en quoi par élégance de « lituraterrae » cette dernière consisterait, c’est-à-dire, au-delà de Socrate selon son rival ou même falsiaire Platon, en ce qu’on n’en sait peut-être presque rien, autrement dit pourquoi pas pardieu quelque chose, on se voit plus ou moins obligé d’admettre le fait et le concept de la contradiction en soi non pas seulement comme essentielle à l’existence elle-même mais encore, qui moins n’est point, en tant que sa devancière spatielle. Cette dernière formule quelque peu maniérée est ainsi faite par un acte réfléchi de la volonté. Il s’agit en effet de vous montrer de l’humilité destinée a susciter déjà un certain mépris enverse cette écriture prétentieuse et quelque peu dérisoire qui vous situerait intellectuellement au-dessus de son contenu potentiel et, partant, au-dessous d’elle, car la conjecture consécutive de votre supériorité vous met, si possible, à votre juste place.
Mais rien n’assure que la vie en tant que telle ne soit en tant que telle démontrée, pas plus qu’ autre chose, que son contraire ou, mois important, les fautes dans l’écriture de cette langue française en naturelle déréliction. Pourtant, si, de cette façon, rien en définitive n’affirme rien, c’est au contrarire par esprit de contradiction que tout, et non pas déjà presque tout, assure presque tout, comme vous l’avez déjà quasiment deviné. Vous méritez donc mes plus sincères felicitations ici-même actualisées. Vous êtes quelqu’un d’extraordinaire, suscitant en moi, ce pauvre con, la plus grande admiration. Ceci n’est logiquemente pas difficile, à moins que par un surcroît de logique classique je n’y trouve une nouvelle contradiction de la contradiction, car dans l’esprit de Hegel, s’il en avait eu ce dont notre modeste Popper avec sa douteuse raison doutait, ma connerie serait indiscutable, y compris quand elle reconnaît en vous un individu digne d’admiration, d’honnête et beau. J’avoue mon incompétence pour résodre ce problème, sans por autant renier de mes capacités virtuelles. Ademettez au moins mon amitié.
25 comentarios
Comments feed for this article
enero 20, 2011 a 6:00 pm
Arturo Montes Larraín
CIERRO. Ni yo entiendo ni puta de carajo sobre lo que escribí en ese supuesto francés. Tampoco en este castellano. Pongámosle por otra suposición que había allá arriba una idea central. ¿Cuál sería? Ni idea. Pero no puedo quedar tan mal puesto ante tal digna visita, y en ella, ni más ni menos que la Harvard’s First Lady of The Nation, our Dear Cécile. Supongámosle entonces una ideíta, aun idiota, cualquiera; la que venga. Si viene. Sí, vendrá, Yo (?) mando a mi cerebro. ¡Qué se ha creído el huevón! ¿Que él me va a mandar a mi? ¿A mis rodillas por si acaso (evité «huevas», perdón por el «huevón» anterior que se me salió solo y ando sin goma de borrar por un lado roja para el lápiz y por el otro azul para la tinta, que roe el papel de la pantalla, de modo que cuidadito con el papelillo). La idea central era en impecable aunque no por esto comprensible castellano que la libertad siendo relativa es al mismo tiempo absoluta o sea por síntesis relaluta, por no decir absotiva, evocativa contra la moral incluso oral de abortiva (cf. en A.I. «El Aborto», de cuando yo escribía tan en serio que la escritura me resultaba más incomprensible que la lectura hecha por mí mismo. Es que así es. Explíqueme por ejemplo fuera de cualquier diccionario el concepto de la primera palabra: «a». Imposible. Inténtelo. Nada. Poquito: «ayuda, ir…». Insatisfactorio. Y así con cualquiera palabra. La incomprensión humana proviene del lenguaje. Es el sagrario de la incomunicación. Ni jota se discierne. A lo sumo, quizás, el punto sobre la i con acento sobre las íes, ¿ve?, ¿aló?, ¿diga?, ¿pronto?, a lo sumo. No me gusta el Sumo. Prefiero por sexo la Resta. Antes de sumar la humanidad restó. Ya lo expliqué. Ella fue por números fraccionarios de 1 a 0: Dios hecho poesía. Después, ya sin miedo Deo Gratia, el macho volvió al 1, hembrafrodita debido a la costilla desde la cual, atravesándola tras beso ya aburridamente recíproco entre Penélope y Ulises con éste ya de vuelta a Itaca, se veía 2… infinito y por dialéctica menos-infinito, ¡no me va a decir que esto es complicado!, mejor ESTUDIE A.I. Delo como texto para el Ministro Lavín tan altamente docto en escritorios, chips, bolsillos, computers, taza y tiza. Parece que me faltó una r -relea- en docto. Dela por puesta. O le hago el favor de ponerla yo: doctor. ¿O doctora? Mejor enfermera. Muestra las tetitas dulces como marshmallows menos blandos. El bebito deja de chuparlas al darse cuenta que el gusto de la leche es malo y, después, que no tiene gusto a nada, salvo a algo azucarado, con color grisáceo -o si de mejor raza beige-, más una consistencia precozmente intuida por olfato de hija o de hijo gay cual regalo seminal; pero, ya no bebito, las chupan de nuevo, por razones otra vez inexplicables de palabra oral a palabra de maternidad incluso en lesbiana dormida. ¿Qué significa además la palabra «palabra»? Un par de comillas y punto. Comí ya. Pezón ya comí. Jamás de teta izquierda, gorda, vieja, caída, etc. Pero aun así menos fea que un par de bolas. Dios hizo horribles a los órganos genitales propiamente tales. Mis amigas, numerosas sin farsantería como a Usted consta, reconocen -¡perdón!, y ya lo había dicho- que sus almejas nórdicas o choros zapatos de Chiloé son estéticamente inadmisibles. Entre hombres no se habla de estas cosas demasiado evidentes para la católica y heterosexual inteligencia masculina. Ahora las cosas cambian hasta en Irlanda. Y hasta en las mujeres que por doquier se independizan y se liberan en Chile. Aunque acá siempre atrasadas, embarazadas aunque más no sea por voracidad nutritiva. En el continente de la Culture se adelantan, oui, volviendo a las faenas amables del hogar, con máquinas insonoras. Se cansaron de ser putas. Y los hombres no les dan pues ni pico. Es «El Mundo Feliz» de Huxley. Sobre todo como cuando se «sufre» un suave cáncer prostático. 18 millones de milenios hacen ya que cause en plural goce y fidelidad asexual la morfina, eso sí, bajo receta médica, firmada tras 500 dólares por la joven doctora, qué se le va a hacer. Mejor que un enfermero. Explico para necesitados: no enfermera. Bueno. Por ahí va más o menos la síntesis de lo que en francés escribí (no me refiero a «Culture» sino a todo lo anterior. Ya nadie comenta nada en A.I. Pero los hnªs siguien leyendo sin entener ni hueva. Eso entretiene por su habitualidad, más que costumbrista, atávica. Es ancestral. Data de «¡hagase la luz! Y la luz se hizo». Cansó a Dios la Creación del Universo. El 6º Día lo dejó exhausto. Sigue descansando en el 7º, interrumpido inútilmente por aquellos 3 años de la Buena Nueva. Quién va a comprenderlo. Es como una palabra llamada por el pedante y loco doctor San Juan El Verbo. «En el Principio era el Verbo». ¿Alguien comprende acaso algo del Apocalipsis? Ni Einstein. Ni siquiera yo. Eso de la santería es otra locura. Aquí de nuevo, como en el cuento uno, solo y apenas romano del celibato obligatorio -mas no en lo mariano- Lutero tenía razón). Cerré el paréntesis porque mantenerlo abierto me tenía molesto. Prosigo, en consecuencia. Pero no vaya arriba. Sería una pérdida de tiempo. Yo le facilitaré el trabajo. Antipáticos me resultan Jean Calvin por su hdª del ahorro y del lucro como bendición divina, al igual asimismo que el boludo Max Weber seguido en Chile por algún Lagos Escobar o Lagos Weber, en el plano sólo irracional responsablemente convencidos del hecho que la ética de la convicción está subordinada a la ética de la responsabilidad; tal cual lo está anticipado por Spengler en su tedioso libro «La Decadencia de Occidente» y corroborado por la película canadiense «La decandencia del Imperio Americano» (mejor dicho mesonorteamericano), del mismo modo por último que el actual desastre económico de los «usa». No sé si debo aquí cerrar o abrir paréntesis. Mejor cierro. Y al igual que nuestra Gran Líder Cecilia yo cumplo lo que digo, quepa o no caiga:)
enero 20, 2011 a 8:13 pm
Arturo Montes Larraín
Como segundo comentario, éste, el primer comentario de mi texto fundacional, titulado en francés «la chatte», es decir acá «la gata», significa allá para el vulgo una palabra -en rigor dos, si se cuenta «la», por pleonasmo descontada- cuya traducción extirparé inmediadamente del argot, además solicitando su excusa, ya está escrita (si quiere, búsquela y encuéntrela, pero yo en su caso no lo haria, por grosera, que -de «gruta» en etimología- es, habitáculo para nada apropiado a Vuestra Merced). El castellano correcto traduce sin traición, en lugar de «gata», «vulva», por ejemplo. ¿O menos fea es la palabra…? No, no oso pensarla ni reflexionar más sobre estos temas tan procaces, indignos de nuestras dos personas e incluso de una sola, ensimismada. Puisque cette maison a le mérite indéniable de nous avoir en elle en tant que mots d’amour. Mon amitié.
enero 20, 2011 a 8:36 pm
Arturo Montes Larraín
Este tercer comentario mío a «La Chatte» comenta que fuera de los otros dos precedentes comentarios, segundo comentario y primer comentario también míos, no hay más comentarios, de modo que por el momento ocupo los tres primeros lugares del podium comentarista, enumerados cual trinidad en metal al revés como es lógico de su valor mercantil: bronce, plata y oro. Simple rutina, exasperante, porque cual patriota chileno yo reemplazaría, no obstante la agricultura, al bronce por el cobre, probando así ante la Nación el sentido político de una rentable generosidad. Cobre.
marzo 24, 2011 a 5:04 am
Arturo Montes Larraín
A la chucha la gata.
abril 26, 2011 a 6:13 pm
Arturo Montes Larraín
Disculpen. Por error escribí «ademettez» donde la primera «e» sobra.
enero 19, 2012 a 11:47 pm
Arturo Salas
Este texto está plagiado de un libro de André Rouaux
enero 21, 2012 a 12:13 pm
Arturo Montes Larraín
«Señor» Salas:
Los participantes de este blog están conscientes que nada de plagiario tengo. Demuestre lo contrario. Ud. es un insolente. Nada sé de su André. Detesto la imbecilidad que Ud. ejemplifica, no sin permitirme este agradecido desahogo. Váyase a sus salas de WC.
enero 21, 2012 a 8:05 pm
Arturo Montes Larraín
De niños, in crescendo, mi primera hermana -siendo yo el primogénito de nueve hasta hoy-inventávamos garabatos riendo: textualmente, «tonto, idiota, imbécil, estúpio, brut, animal, leso, carajo y jodido». Satisfechos por tanta imaginación quedábamos.
In crescendo por inocencia, de niños, mi primera hermana menor, nos lanzábamos garabatos riendo textualmente:
«Tonto, idiota, imbécil, estúpido, miéchica, mierda, bruto, animal, leso,carajo y jodido».
Versículo que hasta ahora solemos memorizar, amándonos sí o sí.
Y hoy llegó el tal Salas del guáter. Pobrecito. Imploro al Señor por que se atenúe su exacta idiotez. O que pruebe.
febrero 2, 2012 a 4:31 am
Arturo Salas
Mientes
febrero 2, 2012 a 6:45 am
Arturo Montes Larraín
No mereces respuesta, imbécil, pero te la doy: demuestra tu calumnia. Imbébil bajo pesudónimo. Aquí nadie -ni tú- te crees, pero en cuanto imbécil eres incapaz de creer nada. No sigas jodiendo. O sigue, da igual.
febrero 2, 2012 a 4:52 pm
Arturo Salas
Sacaste este texto de los libros que André Rouaux te dio en Francia, en el Sciencies Po. Vives de las lisonjas de chilenos que no conocen la verdad. No te hagas, lo sabes, es evidente
febrero 4, 2012 a 12:30 pm
Arturo Montes Larraín
Da una prueba de mis plagios citando autor, título, editorial, fecha y página. Las personas participantes en AI saben que no copio. Tú no eres más que un cobarde y calumniador pseudónimo.
No conozco a ese André ni en pelea de perros. Ningún libro puede entonces haberme regalado. No vivo de lisonjas. No se dice «el» Sciences Po. Eres un simple envidioso, fuera -como dije- de insolente e imbécil («sin báculo»). No te seguiré respondiendo. No vales la pena.
febrero 4, 2012 a 5:41 pm
Arturo Montes Larraín
Merodea por aquí un anónimo carroñero ávido de inexistente podredumbre en el blog, uno de los sitios más visitados desde muchos lugares del mundo, descontando aquéllos dedicados a las publicidades y a la pornogradía. Por unas 450.000 participaciones hasta hoy, ¿10 habrán pertenecido a la categoría de este especimen? Merece una querella por injurias y calumnias. Yo la llevaría adelante solicitando por cierto una fuerte indemnización en daños y perjuicios. Sí, porque, lo confieso, en lugar de permanecer sabiamente indiferente como correspondía ante tales injustos y cobardes ataques, me he sentido en efecto herido y he reaccionado por torpe enfado a la mentira, que se despliega sin dar ninguna prueba, pues ésta no existe. El problema está en que carezco de las facultades técnicas para descubrir el nombre del pseudónimo y por tanto pido ayuda a alguien competente de AI en materia computacional. Lo pido con furia, sí, pero sin odio. En cambio, esa persona hiede sólo a odio y maldad -cuya causalidad cómo no voy a desconocer-, que lamento más allá de mí por ella.
Hay una contradicción flagrante en su acusación de plagio a mí. En efecto, sostiene primero que mi texto inicial del presente espacio «está plagiado de un libro de André Rouaux» (enero 19) y luego (febrero 2): «sacaste este texto de los libros que André Rouaux te dio en Francia».
Cualquier lector advertido nota allí la obviedad de un ser desalmado. Y cualquiera persona honesta que me conozca incluso sólo por AI comprende que nada pero absolutamente nada tengo de plagiario y que muy al contrario soy un hombre cuidadoso de entregar con precisión las fuentes a las cuales recurro, a menos que se trate de evidencias culturales del tipo «en el principio era el Verbo»; o que mi ignorado Rouaux hay escrito por ahí «te», como también en otro lado yo «te» y por tanto se me considere plagiario.
Pido apoyo aquí que desmienta a este calumniador.
Ya en el colegio, cuya lema era «el sistema de confianza» supe que copiar no estaba bien ni era digno: durante las pruebas escritas, el profesor salía de la sala. No copiar era una exigencia ética y de originalidad personal. Contrariarla habría sido parecido a robar plata que mi padre dejaba sobre su velador mientras se duchaba. No. Eso no se hace.
Supongo que al atribuirme la ignominiosa característica de plagiario, el imbécil descrito no hace sino revelar que él sí lo es, pues sabría muy prácticamente cuál es la consistencia del plagio -por Dios juro que yo no- y su bibliografía original sólo reside en su pseudónimo.
Pido excusas a los participantes distraerlos y por haber dado importancia a este «affaire» (cf. Rouaux) carente de interés. Me pareció tan insólito e injusto que no pude reaccionar sino como torpemente lo he hecho. Debí callar desde el comienzo. Este blog seguirá careciendo de censura. Quizás, mañana, el pobre tipo me acusará de pedofilia, de coimero, etc. Gente como Pedro Gandolfo, como Sergio Molina, Edgar Morin, Jean Leca, Cristián Zegers, María Eugenia Vergara, Paz Cecilia Rivera, etc., pueden testimoniar exactamente sobre lo contrario.
Reitero mi petición de disculpa por toda esta tediosa digresión. No releo. Gracias.
febrero 4, 2012 a 7:30 pm
Leonardo Godoy Echeverría.
Arturo Salas, insistir en una mentira con el propósito de hacer daño es cinismo envidioso y mal intencionado.
Quienes conocemos a Arturo Montes sabemos de su originalidad a toda prueba, incapaz de dar por propio lo que no le pertenece. Por lo contrario, cuando acude a alguna cita, texto o pensamiento deja en claro a su autor.
He seguido a «Amaneciente Incertidumbre» desde su creación. Le recomiendo “Metafísica de la Tierra” y otros artículos que le pueden servir de ayuda para superar su ira y complejos.
Señor Salas ¿aún no se da cuenta que usted se está autodestruyendo gratuítamente con su falacia acusatoria? ¿Podría indicar en qué consiste el plagio?
Me encantaría conocer esos fundamentos. También las respuestas de Arturo Montes. Prepárese a ser desenmascarado. Una vez más se cumplirá el viejo adagio “es más fácil descubrir a un mentiroso que a un ladrón”
Sin más, refrendo mi más profundo repudio a sus palabras y a su triste persona encubierta, como repudiable «trall» que es.
febrero 4, 2012 a 7:30 pm
Arturo Montes Larraín
Acabo de iniciar mediante un amigo el procedimiento jurídico correspondiente para que el calumniador antes referido sea identificado. Ello, supongo, tardará, como la Justicia: mejor, porque en principio llega y entretanto, durante la espera, ese miserable más y más se inquieta. Arribado el momento, demandaré una indemnización equivalente por lo menos a $500 millones de hoy, que, obtenidos, destinaré en 100% al mejoramiento cualitativo y cuantitativo en la escuelita de Cochiguaz, donde los niños llegan montados sobre hermosos burros: generosidad por intermediación del inculpado, así en vía de remisión debida a la infinita misericordia divina.
febrero 4, 2012 a 8:10 pm
Arturo Montes Larraín
Además, esa mierda desprecia de paso a los chilenos (febrero 2): yo los estaría engañando («mientes», me agrega antes en el mismo día, pero no dice en qué). Recito sin plagio: mi herencia de Francia -tengo las dos nacionalidades, chilena y francesa- sería Culta, Grande, y yo la hago clandestina para hacer creer a mis idiotas compatriotas de acá que es obra mía. Mis mapuches no entienden nada: son (sic) «chilenos que no conocen la verdad». Verifiquen, participantes. El pelotudo sí la conoce. Pero no la expresa. Debe ser por discreción. Del mismo modo, sigue sin dar ninguna prueba sobre sus calumnias.
Te pesará legalmente, carajo («salaud»). El tiempo ya comenzó a pasar.
febrero 4, 2012 a 8:22 pm
Arturo Montes Larraín
Leonardo:
Leonardo. Gracias. Mira. Cuando traduciendo del francés escribo que «la teoría general de sistemas es un torrente de irrelevancias» cito al autor de tal frase no sólo por instintiva y mínima moralidad («Minima Moralia», cf. Th.W. Adorno) sino además a fin que alguna gente estudie a René Thom, premio mundial de matemáticas, que se discierne cada 25 años. Pues creo que tal estudio, como tantos otros estudios, valen la pena. Y quiero simplemente comunicarlo. No en esencia para evitar plagios. Sí para que se enriquezca nuestra cultura. Mucho me aportó ese matemático para comprender las fuentes de la agresividad y la necesidad de la reconciliación en Chile, disminuyendo la cólera y el miedo, como asimismo cambiando el horizonte tras cada «enemigo». Tuve en esto mucho éxito pero sin foto: no va conmigo.
febrero 4, 2012 a 10:07 pm
pedroceresuela
No se puede atribuir a malicia aquello que puede definirse como estúpidez declarada .
El sr. Salas , en un arrebato ( aunque suena mejor arreburro) de canallezca vulgaridad osa inferir que el sr.. Montes plagia a terceras personas , aunque segundas lecturas demuestran que Montes habla en primera persona .
El sr. Montes , sabido es , posee una cultura propia , forjada por años de estudio , situaciones vividas y sensatez ritmica que fluye per se .
febrero 4, 2012 a 10:28 pm
pedroceresuela
» Salas de Urgencias » , apellido completo ( chucrut , moztaza y pimienta )
que mejor define al susodicho , dicho sea de paso y paso cambiado con aquella afrenta o zaherimiento , y ojo que no miento .
febrero 4, 2012 a 11:16 pm
pedroceresuela
.Yo , poseo demasiado respeto por la verdad como para sacarla a relucir en aquellas situaciones de poca importancia . Salvo en ésta , donde
sin pudor alguno se trata de desnudar el accionar de Mr. Montes , mal que mal , hombre de bien y bien le vale a aquel el recordarlo .
febrero 5, 2012 a 2:21 am
Arturo Montes Larraín
Y que el cretino recuerde, Don Pedro, algo que Ud. hace tiempo dijo donde Mr. Jim: «¡cuidado con Montes, muy peligroso, amigo, muy peligroso!». Supe por una señora amiga quién es «el» enemigo de aquí pero juré a ella y cumplo no comunicar aún el nombre por iniciativa propia. Me informó que se trata de un guatón fofo. Canto, pues: «combo que se perdía lo recibía el guatón por parodia Loyola». Pero me distrae el boxeo a frases. El problema está en la lata del público dado el resultado evidente: K.O. para el eunuco, tipo guatón Flores que ya nada labra.
Tiempo que no peleaba. Es saludable. Alegra. Sigue, «tocayo» de las salas («des selles», mejor dicho, pero no entendís ná de franchute, va te faire chier, connard). Sí, continúa, diviérteme. «Mal que mal» (cf. Pello, sin plagio como se ve), es mejor que nada. Te pago. A luca en juego tu próxima calumnia. Así mejora todavía más la escuela de Cochiguaz. Para ser franco, pocas veces había encontrado un gallo tan penca como tú. ¡Publica tú tu nombre!
Llamé al N°134 para denunciarte preventivamente. La conversación quedó grabada por ambos lados. Saludos a tu André.
febrero 5, 2012 a 1:16 pm
Arturo Montes Larraín
Al parecer, el mediocre, calumniador enmascarado, «arrugó». En tal caso, por pereza antiburocrática, yo debería concederle un despectivo perdón. Tanto peor para Cochiguaz.
Comprendo que se utilice un pseudónimo por bromear o por asuntos intrascendentes. Pero no para lo que hizo éste. Si no da la cara ni siquiera hoy, Día del Señor, es por merecida vergüenza de sí mismo.
Pero ya ha mostrado ser un pelafustán y «parece que la vergüenza fuere a sobrevivirle» (cf. Kafka, frase final de «La metamorfosis»).
febrero 6, 2012 a 7:24 pm
Arturo Montes Larraín
Me he visto enfrentado a situaciones difíciles en estos 67 años de vida, pero ésta, por su maldad unida a su mediocridad, constituye un caso raro. El calumniador, que efectivamente ha «arrugado», está plenamente identificado. Ya sé por qué ha actuado como lo hizo: simple metáfora del pecado original suyo a quien por el momento no acusaré, por compasión y por conciencia de no ser yo tampoco perfecto, aunque no haya caído en tales bajezas. No diré su nombre. Pido a Dios que haga al cobarde no recaer en este tipo de venganza fundada sobre la envidia y que se regenere bondadosamente. Poseo incluso el RUT de esa persona. Será seguida en sus futuros pasos, que ojalá no advengan, para su propio bien. En caso que prosiga aquí o allá como calumniador bajo inútiles pseudónimos, será castigado por la Justicia más allá de lo que dije. Agradezco el apoyo desinteresado de los señores Ceresuela y Godoy, quienes no están unidos a mí por razones políticas pero sí éticas. Doy de este modo por terminado el asunto que ha provocado ese pobre ser. Conservo argumentos indesmentibles sobre su vida que por ahora no interesa detallar. Dios quiera que ese ser miserable vea su alma enriquecida.
febrero 6, 2012 a 7:37 pm
Arturo Montes Larraín
Pasando a otra cosa, con todo esto, vi que por ahí yo había escrito: «chatte = chucha». La relectura me molestó por grosera. La explicación que di mas de modo insuficiente está en que la lengua francesa de tipo vulgar identifica a la gata con la vagina de la mujer. Nunca he sabido por qué. No recuerdo nada de «gata» en ese lugar del cuerpo femenino. ¿Es totemismo (cf. Lévi-Strauss), antropocentrismo? En Chile se habla de zorra. ¿Qué tiene que ver la gata con la zorra, pariente de la perra y por contradicción del sapo en los genitales masculinos del varón?
noviembre 13, 2012 a 6:42 am
Administrador
Pasado el tiempo, recién releído lo anterior, agradezco a Ceresuela y a Godoy, ignoro a «Salas» y critico mi tediosa intervención; aunque sea verdad que no plagio. «Monsieur Montes n’a pas de maïtre», según Georges Lavau, por error de este maestro mío ya RIP. Es verdad que tengo mucha libertad. Ésta suele conducir a impropiedades. Lo reconozco. Pido perdón a Salas. Y es verdad que suelo mentir. Para qué. Para darme importancia frente a mí. Es estúpido. Es vergonzoso.